Las nuevas generaciones de bibliotecarios (sí, soy de las «nuevas generaciones de bibliotecarios»… aunque mis patas de gallo revelen mis años, la juventud es mental… ¡HE DICHO!) hemos estado trabajando duro para cambiar el paradigma, donde las bibliotecas son depósitos de libros y la información se resguarda con celo, donde el silencio es de santo sepulcro y quien te atiende tiene una amargura que no le cabe en el cuerpo .
¿Por qué las bibliotecas no pueden ser divertidas?
Aunque parezca paradójico, las bibliotecas pueden ser fuente de diversión y continuar cumpliendo con las funciones que le han sido conferidas desde Alejandría.
Las bibliotecas están concebidas como el lugar donde los usuarios tienen un espacio para estudiar, consultar materiales (libros impresos, bases de datos, revistas periódicos) y los bibliotecarios somos los guardianes del conocimiento. Pero ¿por qué no diversificar nuestros servicios, donde la misiva sea adquirir conocimiento de manera divertida?
Yo creo que una biblioteca ideal, sería una que aplique la gamificación como parte de sus servicios, una biblioteca donde se aprenda jugando.
Esta biblioteca soñada debería tener disponible para sus usuarios: juegos de mesa (dama, monopolio, risk, ajedrez, rompecabezas), cubos de Rubik. Incluso, un área llena de cojines donde estén disponibles dispositivos (tablets o computadores) en los que el usuario disponga de períodos estructurados (tiempo limitado) para jugar.
Pero no cualquier juego (nada de esos donde atropellas gente por dinero…), el usuario tendría acceso a juegos educativos, como: Dragon Box, donde se abordan contenidos matemáticos para chicos de diferentes edades. Simple Machine, el cual consiste en resolver algunos desafíos, utilizando nociones básicas de física aplicada. Immune Atack, cuyo objetivo es salvar la vida de un paciente que sufre una grave infección bacteriológica, empleando conocimiento sobre los procesos biológicos que permiten detectar y combatir las infecciones.
Como estos, hay muchos más juegos serios, definidos como aquellos que de forma lúdica, llevan al individuo a adquirir conocimiento (Imagínense… los bibliotecarios gamer, ¡me encanta la idea!)
Todo lo anterior, describe la realidad en la que estábamos acostumbrados a vivir. No obstante, ahora, en el contexto de la pandemia, distanciamiento social, bibliotecas cerradas y demás situaciones que la COVID-19 ha traído consigo, las bibliotecas podemos aportar a la gamificación (a esto de aprender jugando), utilizando herramientas como: Educaplay , Kahoot, Genially, redes sociales y otros más.
Pero ¿qué juego puedo inventar?
Las posibilidades son infinitas, todo dependerá de tu imaginación y el tiempo disponible para aprender a utilizar las aplicaciones disponibles.
Elaboré un juego como ejemplo, los invito a participar en «Cadáver exquisito»
Como fuente de inspiración, agrego algunos ejemplos adicionales (que no son elaborados por mí)
Video Quiz – Las aventuras de Tom Sawyer
Adivinanzas – Adivina el personaje
Preguntas sobre el libro – Matilda
¿Tendremos usuarios interesados solo en los juegos?
¡Claro que sí! y ese puede ser un excelente inicio para trabajar en la promoción lectora, descubriendo los intereses de nuestros usuarios y recomendándole libros que puedan iniciarlos en el maravilloso mundo de la lectura.
Como dijo mi amigo Charles Darwin (soy «creyente» del evolucionismo, y por eso considero a Darwin como mi amigo) «No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio».
Reinventarse tiene que ser parte de nuestras vidas, si queremos sobrevivir. Esto aplica al ámbito personal, laboral e incluso social, si observamos detenidamente a dónde nos ha llevado la reciente pandemia.
Por supuesto, aplica a las bibliotecas y a los bibliotecarios, sigamos trabajando para que no nos vean cómo fósiles del paleolítico. ¡Los bibliotecarios podemos hacer cosas maravillosas!, más allá de mandar a callar a los usuarios con el ¡SHHHHHHHHHH! (que también es un superpoder que desarrollamos, no hay que negarlo)
Creo que estas actividades y el hecho de reinventarse, puede ser útil para mamás y papás que tienen a sus hijos de vacaciones, encerrados en casa por la pandemia (hay que inventar de todo para lidiar con el confinamiento y el aburrimiento)