¿Cuándo el amor dejará de ser muerte?, ¿Cuándo el tiempo dejará de ser su arma?, ¿Cuándo ambos dejarán de atormentar al hombre, Cuando éste despierte solo en su cama, O cuando sienta cómo a través de la ventana Entra el olor tardío de una mañana? Con los ojos puestos en el sol, O el sol puesto en tus ojos, ¡Corre, hombre estúpido!, ¡corre! Tú que mueres de amor y no de hambre. Corre hacia ella, corre hacia la vida, Que siempre está paciente y tranquila; Corre con el viento arrasador que busca el norte, El único que conoce mundo, El de los malos y el de los pobres, El de los vivos y el de los muertos, El mundo de todas las ensoñaciones. ¡Corre, hombre iluso!, ¡corre! Haz a un lado el amor y vive En serio por un efímero minuto; No apartes la soledad que siempre estará contigo, Haz que se detengan los mundos, Puesto que, cuando se espera Paciente la muerte verdadera, La vida es fuente de la alegría.
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A la espera
