Recuérdame, mi buen amigo, Que nosotros nacimos por decisión ajena, Porque así se consumó un amor Existiendo otras muchas maneras. Si mi madre me hubiese hablado De esto que llaman vida y No solamente de sus ganas inauditas De besarme las mejillas, Probablemente me hubiese asomado A las paredes de su vientre Como escondido bajo floreadas cortinas, Para entender finalmente De lo que hablaban mis otros Compañeros de esperma Antes de echar andar carrera. Si ella me hubiese advertido Que hay un momento en el que dejamos De ser humanos para convertirnos En un animal salvaje y/o destructor, A veces mecánico parecido a un robot, Que camina de un punto x hacia un punto y, Yo le hubiese dicho “No, mujer tonces ¿para qué?” Me hubiese convertido, pues En un coagulo de sangre semi ahogado, Ya que de todas formas así como se vive se muere Y todo está predeterminado. …Recuérdame, mi buen amigo, Que nosotros nacimos Porque otros así lo desearon.
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Por decisión ajena
