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Almafuerte | Siete Sonetos Medicinales

¡AVANTI!
Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
 
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el renco des las afrentas
se formaron los santos y las santas.
 
Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
 
que se mellan los garfios de la suerte…
¡Todos los incurables tienen cura,
cinco segundos antes de su muerte!
 
 
¡PIÙ AVANTI!
 
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo
y arremete feroz, ya mal herido.
 
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje el primer ruido.
 
Procede como Dios que nunca llora,
o como Lucifer, que nunca reza.
o como el robledal, cuya grandeza
 
necesita del agua y no la implora…
¡Que muerta y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo tu cabeza!
 
 
 
¡MOLTO PIÙ AVANTI!
 
Los que vierten sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limpiar las de los otros antes;
 
Los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos,…¡Sobrantes!
 
¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos!
¡Nunca sigas impulsos compasivos!
¡Ten los garfios del Odio siempre activos
 
los ojos del juez siempre despiertos!
¡Y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!
 
 
¡MOLTO PIÙ AVANTI ANCORA!
 
El mundo miserable es un estrado
donde todo es estólido y fingido,
donde cada anfitrión anda escondido
su verdadero ser, tras el tocado:
 
No digas tu verdad ni al más amado,
no demuestres temor ni al temido,
no creas que jamás te hayan querido
por más besos de amor que te hayan dado.
 
Mira como la nieve se deslíe
sin que apostrofe al sol su labio yerto,
como ansía las nubes el desierto
 
sin que a ninguna su ansiedad confíe…
¡Trema como el infierno, pero ríe!
¡Vive la vida plena, pero muerto!
 
 
¡MOLTISSIMO PIÙ AVANTI ANCORA!
 
Si en vez de las estúpidas panteras
y los férreos estúpidos leones,
encerrasen dos flacos mocetones
en esa frágil cárcel de las fieras,
 
No habrían de yacer noches enteras
en el blando pajar de sus colchones,
sin esperanzas ya, sin reacciones
lo mismo que dos plácidos horteras;
 
Cual Napoleones pensativos, graves,
no como el tigre sanguinario y maula,
escrutarían palmo a palmo su aula,
 
buscando las rendijas, no las llaves…
¡Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula!
 
 
VERA VIOLETA
 
En pos de su nivel se lanza el río
por el gran desnivel de los breñales;
el aire es vendaval, y hay vendavales
por la ley del no fin, del no vacío;
 
la más hermosa espiga del estío
ni sueña con el pan en los trigales;
el más dulce panal de los panales
no declaró jamás: yo no soy mío.
 
Y el sol, el padre sol, el raudo foco
que fomenta la vida en la Natura,
por calentar los polos no se apura,
 
ni se desvía un ápice tampoco:
¡Todo lo alcanzarás, solemne loco,
Siempre que lo permita tu estatura!
 
 
LA YAPA
 
Como una sola estrella no es el cielo,
ni una gota que salta, el Océano,
ni una falange rígida, la mano,
ni una brizna de paja, el santo suelo:
 
tu gimnasia de cárcel, no es el vuelo,
el sublime tramonto soberano,
ni nunca podrá ser anhelo humano
tu miserable personal anhelo.
 
¿Qué saben de lo eterno las esferas;
de las borrascas de la mar, la gota;
de puñetazos, la falange rota;
 
de harina y pan la paja de las eras?...
¡Detente, por piedad, pluma no quieras
que abandone sus armas el idiota!
 

Pedro Bonifacio Palacios (considerado como uno de los cinco sabios de la ciudad de La Plata). Nació en la ciudad de San Justo, provincia de Buenos Aires el 13 de mayo de 1854, murió el 27 de febrero de 1917. De educación modesta, ejerció el magisterio y a través de la enseñanza, buscaba abrir un panorama espiritual en sus alumnos, más que la mera acumulación de conocimientos. Alcanzó notoriedad como periodista polémico y apasionado.

Colaborador: Luis Neptalí Aimacaña Delgado, Quito, Ecuador.


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